¿Alguna vez has sentido que Dios no está de tu lado?, cuando Josué se encontró con el Señor tuvo esta duda “¿eres amigo o enemigo?”, pero el Señor estaba ahí para encontrarse con Él y darle dirección. Tal vez en alguna ocasión has experimentado que Dios te da una instrucción pero pareciera que esa instrucción te va a llevar a algo malo o que no tiene sentido -como dar vueltas a una ciudad y creer que eso hará que los muros se caigan y tus enemigos sean derrotados-, pero si tomamos la misma disposición que Josué tomó al recibir instrucciones de Dios, ¿cuántas batallas ganaríamos si hacemos lo que Dios nos dice que hagamos por más sin sentido o descabellado que pueda parecernos? ¿puedes imaginarlo? Puede ser que Dios te encuentre en los próximos días para hablar a tu corazón acerca de alguna situación que está latente, quizá te dice que debes perdonar una ofensa, o que debes administrar tus bienes para poder adquirir aquello que deseas, quizá te dice que debes tomar cierta decisión o dejar cierta relación por tu bien, sea cual sea y aunque parezca que ese paso te llevará al lugar contrario de tu meta, si Dios lo dice Él sabe perfectamente cómo debe suceder lo que tiene que suceder para darte un fin glorioso. Dispón tu corazón a Dios y permite que te de la dirección que necesitas, aunque en ocasiones pueda parecer contraria a tu opinión.
Oración:
Señor Jesús, gracias por desear siempre lo mejor para mi vida, dame la fuerza y capacidad para seguir tus instrucciones. Yo quiero ser una persona que está disponible en todo tiempo a seguir tu voz, ayúdame a serlo. En tu nombre, Amén.
Ayuno:
Un par de recomendaciones practicas si te estás absteniendo de alimento. En ayunos prolongados, no ayunes solo con agua, es recomendable acompañarlos con jugos naturales de frutas o verduras frescas, que tienen vitaminas minerales y enzimas. No es recomendable que una mujer embarazada o en lactancia ayune. Tampoco las personas que tienen hipoglucemia, diabetes u otra enfermedad crónica, si lo hacen, debe ser bajo supervisión médica.
Josué 5:2-15
2 En esos días, el Señor le dijo a Josué: «Prepara cuchillos de piedra y circuncida a esta segunda generación de israelitas[a]». 3 Así que Josué preparó cuchillos de piedra y circuncidó a toda la población masculina de Israel en Guibeá-haaralot.[b] 4 Josué tuvo que circuncidarlos, porque todos los hombres que tenían edad suficiente para ir a la guerra cuando salieron de Egipto habían muerto en el desierto. 5 Todos los que salieron de Egipto habían sido circuncidados, pero no los que nacieron después del éxodo, durante los años en el desierto. 6 Los israelitas anduvieron cuarenta años por el desierto hasta que murieron todos los hombres que salieron de Egipto y que tenían edad para ir a la guerra. Ellos habían desobedecido al Señor, por eso el Señor juró que no los dejaría entrar en la tierra que había prometido darnos, una tierra donde fluyen la leche y la miel. 7 Entonces Josué circuncidó a los hijos de esos israelitas—los que habían crecido para tomar el lugar de sus padres—porque no habían sido circuncidados en el camino a la Tierra Prometida. 8 Después de ser circuncidados, todos los varones descansaron en el campamento hasta que sanaron.
9 Luego el Señor le dijo a Josué: «Hoy he hecho que la vergüenza de su esclavitud en Egipto salga rodando como una piedra». Por eso, ese lugar se llama Gilgal[c] hasta el día de hoy.
10 Mientras los israelitas acampaban en Gilgal, sobre la llanura de Jericó, celebraron la Pascua al atardecer del día catorce del primer mes.[d] 11 Justo al día siguiente, empezaron a comer pan sin levadura y grano tostado, cosechado de la tierra. 12 El maná dejó de caer el día que empezaron a comer de las cosechas de la tierra y nunca más se vio. Así que, desde ese momento, los israelitas comieron de las cosechas de Canaán.
13 Cuando Josué estaba cerca de la ciudad de Jericó, miró hacia arriba y vio a un hombre parado frente a él con una espada en la mano. Josué se le acercó y le preguntó:
—¿Eres amigo o enemigo? 14 —Ninguno de los dos—contestó—. Soy el comandante del ejército del Señor. Entonces Josué cayó rostro en tierra ante él con reverencia. —Estoy a tus órdenes—dijo Josué—. ¿Qué quieres que haga tu siervo? 15 El comandante del ejército del Señor contestó:
—Quítate las sandalias, porque el lugar donde estás parado es santo. Y Josué hizo lo que se le indicó.
De mucha bendición el devocional de hoy!